Nuestra historia
A finales de los años sesenta se vio la necesidad de tener evangelismo y discipulado entre los jóvenes hijos de misioneros. Respondiendo a dicha necesidad, la misionera de la Misión Latinoamericana (MLA) Betty Mauger y otros comenzaron estudios bíblicos en inglés en los hogares de estos adolescentes, mayormente hijos de misioneros. El esfuerzo creció, pero luego casi se extinguió cuando George y Betty Mauger salieron de Costa Rica. Entonces John y Leah Huffman, también misioneros de la MLA, iniciaron lo que hoy se conoce como el International Youth Group (Grupo Internacional de Jóvenes) en 1970. Además de estudios bíblicos, los jóvenes empezaron a reunirse para actividades sociales, retiros y una reunión semanal grande para disfrutar el compañerismo cristiano. El grupo se extendió más allá de la comunidad misionera, para incluir a otros expatriados anglohablantes y a jóvenes costarricenses. Eventualmente este grupo de jóvenes se convirtió en la columna vertebral de la Asociación de Ministerios Cristianos a los Anglohablantes (AMCA), uno de muchos ministerios de campo independientes asociados a la MLA.
Conforme otros misioneros se unieron a las filas de AMCA, la visión ministerial comenzó a expandirse. El 8 de diciembre de 1975, durante una reunión de los obreros de AMCA, se recibió una profecía, en la que se instaba a los misioneros a buscar una casa grande. La profecía rezaba lo siguiente: “Será un lugar santo, reservado para mi uso…yo lo usaré para sanar muchas vidas.” Como respuesta a este llamado, en 1976 AMCA empezó a alquilar una casa grande en Ave. 10, en Barrio González Lahmann. El Señor ciertamente usó el Centro de Ministerios Cristianos, también conocido como La Casona, para bendecir a muchos. La reflexión de Leah Huffman, luego de 10 años de ministerio allí, es elocuente: “…cientos de pies han cruzado el umbral, muchos han dormido sobre las camas recién tendidas, muchas bolas han sido encestadas, se han servido innumerables comidas, celebrado bodas, realizado recepciones y otras grandes reuniones, y nació una iglesia. Tras las puertas de la oficina, en la cocina con un café y cenando en el comedor, se han librado batallas espirituales, salvado matrimonios, restaurado y rescatado vidas de las garras de Satanás, y la obra de Dios se ha llevado a cabo con esfuerzo humano, sangre y sudor.
De la visión original, de alcanzar a jóvenes anglohablantes, surgió un tremendo ministerio de hospitalidad, tipo L’Abri, que impactó la vida de un creciente número de viajeros que pasaron por Costa Rica en búsqueda del significado de la vida. Los distintos anfitriones que ocuparon la casa proveyeron la ayuda clave para permitirle al Señor ministrar a las personas mediante las relaciones.
También se fundaron la iglesia Maranatha Fellowship, en inglés, y la iglesia costarricense Comunidad PAS. En total, AMCA tuvo cerca de 17 ministerios diferentes, alcanzando a jóvenes, estudiantes universitarios y adultos. La Casona llegó a ser un modelo en San José, de un ministerio de personas reuniéndose semanalmente, utilizando una casa grande para alcanzar a aquellos que probablemente no visitarían una iglesia evangélica. Este enfoque empresarial del ministerio ha continuado con charlas de café y estudios bíblicos para alcanzar mujeres en los años 90 y con clases de inglés en la actualidad.
Debido al deseo de tener un lugar afuera del casco urbano de San José, para realizar retiros de jóvenes, se compró una propiedad rural grande en las montañas de San Gerardo de Dota a finales de los años 70. Esta propiedad, originalmente llamada Campamento Savegre, se utilizó con tiendas de campaña hasta que se construyó una cabaña con camarotes para albergar hasta 60 campistas a fines de los 80. Luego el nombre fue cambiado a Campamento La Cumbre y las instalaciones se ampliaron. Los ministerios se expandieron más allá del Grupo de Jóvenes AMCA, para incluir un centro de retiros para iglesias costarricenses, campamentos abiertos para hispano-hablantes y muchos otros ministerios entre Latinoamericanos.
Para mediados de los años 80, AMCA llegó a ser conocida como un semillero de ministerios, a menudo usando la Casona para sembrar y cultivar los nuevos esfuerzos. Impulsado por un deseo ardiente de llenar las necesidades de la gente, el equipo de obreros de AMCA desarrolló una cantidad de ministerios que luego se independizaron y llegaron a ser organizaciones independientes. Algunos de éstos, como la Comunidad PAS, continúan hasta hoy, mientras que otros han cesado sus funciones. Durante sus 30 años de ministerio, la Asociación de Ministerios Cristianos a los Anglohablantes ha sido utilizada por el Señor para impactar muchas vidas. ¡Dios ha sido fiel a su promesa!
-Nancy Mauger, 7 de abril del 2005